Estilo Contemporáneo
El estilo contemporáneo se inspira en la sencillez y sobriedad minimalistas del estilo moderno, pero se diferencia en que sigue e incorpora las tendencias actuales en la decoración del hogar. El estilo moderno está intrínsecamente ligado al diseño de mediados del siglo XX, es decir, de los años 40 a los 70. El estilo contemporáneo, en cambio, es vanguardista y está en constante cambio, buscando todo lo último en diseño y materiales del momento para integrarse en el entorno, siempre en perfecto equilibrio, armonía y homogeneidad. La decoración contemporánea se caracteriza por una estética limpia y muy sofisticada, donde destacan las texturas bien marcadas y una intención casi geométrica en la composición de los espacios, favoreciendo las líneas rectas, simples y los ángulos. En el estilo contemporáneo, los espacios vacíos son tan importantes como los muebles o piezas artísticas que los protagonizan.
La máxima "menos es más" del estilo moderno se valora mucho en el estilo contemporáneo, que no es un estilo de detalles, ornamentos o estampados, sino de dimensionalidad y funcionalidad. Las estancias suelen estar integradas y ser muy luminosas, con techos altos, paredes amplias y grandes ventanales que aumentan la sensación de amplitud y, en consecuencia, el impacto visual. Los materiales predominantes son la madera, la cerámica, el mármol, la piedra, el metal (plata, oro, cobre y negro), el vidrio y el cemento. Siempre que es posible, la decoración contemporánea favorece los materiales con texturas, que son más sostenibles y proporcionan un excelente confort térmico y acústico. En cuanto a la paleta de colores, el blanco es la base de la decoración contemporánea, seguido de otros tonos neutros como el negro, el gris y el beige. Los espacios monocromáticos son un clásico de este estilo, así como la combinación de blanco y negro.
En el estilo contemporáneo hay una apertura a los contrastes con bloques de color en tonos intensos y profundos, como el azul marino, el verde oscuro o el marsala, que aparecen, por ejemplo, en los textiles: alfombras, cortinas, mantas y cojines.
La iluminación es también uno de los puntos clave del estilo contemporáneo, en el que el uso de bombillas LED y lámparas con un diseño distintivo es obligatorio y suele dirigirse hacia grandes cuadros decorativos u obras de arte. En cuanto a los accesorios de las habitaciones, se utilizan pocos objetos, pero con un fuerte impacto visual, sobre todo en formas escultóricas. Hay predilección por las yeserías, los biombos decorativos, los espejos y los jarrones. Decorar con plantas, sobre todo jardines verticales, ayuda a crear un ambiente más puro, natural, fresco y aireado. Sin embargo, este estilo decorativo no pretende crear junglas urbanas: todas las opciones preservan el lenguaje minimalista. La decoración contemporánea también se caracteriza por muebles imponentes, muy prácticos y confortables - comodidad y practicidad son dos valores ineludibles que dictan todo el estilo de las viviendas contemporáneas.